Continúa la caída de la industria.

La industria argentina atraviesa un momento de fuerte tensión. Los datos más recientes indican que en agosto la actividad industrial registró una caída interanual cercana al 3 %, reafirmando la tendencia negativa que viene acumulándose en los últimos meses.

Un freno persistente

Tras un retroceso cercano al 2,3 % en julio, el sector no logró recuperarse en agosto: la caída mensual se mantuvo en niveles similares, dejando claro que no hubo rebote. Lejos de contener la pérdida, la debilidad de la actividad productiva se amplificó.

A esto se suma un dato preocupante del relevamiento empresarial: la producción decreció para 36,3 % de las empresas, mientras que el 43,5 % registró una caída en las ventas. En el frente laboral, el 24,4 % de las firmas redujo su personal —el porcentaje más alto hasta ahora en la serie—. El panorama deja claro que la crisis industrial no solo es productiva, sino también social.

Un factor recurrente entre los empresarios es la debilidad del consumo interno, citado por el 40,1 % como su principal problema, seguido por la reducción de la demanda proveniente de otras industrias (22,5 %). Estos dos ejes configuran un círculo perverso: baja producción → menores ingresos → menor consumo → menos producción.

Sectores rezagados y resilientes

En agosto, 9 de los 16 sectores industriales mostraron contracciones en comparación con el mismo mes del año anterior. Algunos de los más castigados fueron:

  • Prendas de vestir, cuero y calzado: caída interanual de alrededor del 10,7 %.
  • Productos textiles: retroceso del orden del 10,1 %.
  • Productos metálicos: caída cercana al 8,5 %.
  • Vehículos automotores: descenso aproximado del 8,4 %.
  • Maquinaria y equipo: también presentó una baja significativa.

Sin embargo, no todos los rubros están en rojo. En esferas como muebles, colchones y ciertos segmentos del equipo de transporte, se observan crecimientos notables, lo que indica que algunas actividades logran escapar del declive general con nichos de demanda o ventajas competitivas particulares.

Claves del retroceso

La caída industrial no puede atribuírsele a un solo factor. Es la combinación simultánea de múltiples presiones:

  • Contracción del consumo interno: los salarios reales que no logran recomponerse hacen que las familias restrinjan gastos, especialmente en bienes durables y no esenciales.
  • Importaciones crecientes: productos importados con precios competitivos erosionan la demanda de los fabricantes locales, en particular en rubros sensibles a precio y volumen.
  • Costos operativos elevados: la suba de tasas, de insumos y de transporte golpea más fuerte a las pequeñas y medianas fábricas, menos preparadas para absorber incrementos fuertes.
  • Débil demanda interindustrial: cuando las cadenas de producción entre industrias se paralizan, el efecto dominó profundiza las dificultades productivas.
  • Expectativas moderadas: la encuesta empresarial muestra que cada vez menos compañías creen en una mejora sustancial, lo que retrasa decisiones de inversión y expansión.

En lo acumulado: comparación con años anteriores

Aunque en algunos meses la variación interanual puede mostrar números positivos por efecto de comparaciones bajas, al evaluar la actividad frente a 2023 la producción industrial promedio se encuentra cerca de un 10 % por debajo. Es decir: aún con señales aisladas, la recuperación estructural no se advierte.

Conclusión

La caída interanual de agosto reafirma que la industria no está atravesando un traspié, sino una dinámica de desgaste. Las señales positivas sectoriales o locales son válidas, pero aún no logran contener el retroceso general.

Para revertir esta marcha descendente no bastarán políticas paliativas: el sector necesita un impulso de confianza, mejoras en la demanda interna, acceso efectivo al crédito, políticas de protección inteligente frente a importaciones y un reequilibrio de costos.


La industria no puede perder más tiempo. Ningún sector puede sostenerse sin encender motores con firmeza. Es hora de cruzar la línea del estancamiento y pensar en una reconversión con mirada estratégica.

Similar Posts