Agosto dejó más señales de alerta en la industria.
La actividad industrial argentina profundiza su deterioro. En agosto, el sector acumuló una contracción del 3 % interanual, un reflejo claro de un contexto que no logra retomar impulso firme.
Un mes crítico, un panorama que empeora
Tras una caída de aproximadamente 2,3 % en julio, los datos de agosto no solo confirman la tendencia negativa, sino que la agravan. En este momento, varios sectores esenciales muestran pérdidas continuas y sin señales de recuperación clara.
En el rubro de la construcción, los despachos de cemento retrocedieron un 9 %, mientras que el indicador del sector obra privada (Construya) cayó cerca del 8,6 %. La maquinaria industrial sufrió un desplome del 13 % en su patentamiento, y la metalmecánica retrocedió un 2,3 %. Por su parte, la producción de automóviles bajó un 7,1 %, afectada por una menor demanda externa que incluyó una caída del 11,3 % en las exportaciones al mercado brasileño.
Además, los despachos del sector alimentos y bebidas mostraron una caída aproximada del 3 %. En cuanto a industrias vulnerables como textil, prendas de vestir, calzado y productos metálicos, las bajas oscilan entre el 8 % y el 11 %.
No todo está en rojo: algunos sectores evitaron la crisis o incluso se destacaron. Muebles y colchones, por ejemplo, crecieron cerca de un 23,3 %, impulsados en parte por la demanda de motos. Otros equipos de transporte también mostraron crecimiento, en torno al 12,2 %.

Ventas, empleo y expectativas en tensión
Las cifras reflejan impacto real en empresas. Un 43,5 % de las compañías reportaron caída en sus ventas durante agosto. Un 36,3 % comunicó una reducción en su producción, y un 24,4 % debió disminuir su dotación de personal —el porcentaje más alto registrado hasta ahora.
El Monitor de Desempeño Industrial (MDI) se ubicó cerca de los 45 puntos, muy por debajo del umbral de expansión, lo que confirma que la dinámica productiva está en zona de contracción.
Las expectativas empresariales también muestran un claro giro. Cada vez menos firmas proyectan mejoras para el próximo período, tanto para su industria como para el país en general.
¿Por qué esta caída profundizada?
Varios factores convergen en este momento:
- La caída de la demanda interna sigue siendo la principal dificultad para un 40 % de las empresas.
- La restricción del crédito productivo y las altas tasas dificultan inversiones y capital de trabajo.
- La presión competitiva de bienes importados impacta sobre sectores sensibles.
- La caída de las exportaciones industriales, particularmente hacia Brasil, profundiza las pérdidas.
- El encarecimiento constante de insumos, logística y costos operativos complica el equilibrio de muchas pymes industriales.
Conclusión
La industria argentina no atraviesa un impasse: está inmersa en una fase de recesión. La caída del 3 % en agosto no es un dato aislado, es un síntoma de un desgaste acumulado.
Para revertir esta tendencia se requiere más que estímulos temporales. Hace falta un plan estratégico que recupere demanda, alivie costos, restablezca crédito productivo y fortalezca el tejido industrial local.
Si no aparece esa estrategia con sentido de urgencia, la industria podría seguir descendiendo. Y el costo no será solo productivo: será social.






